miércoles, 24 de octubre de 2007

El ala oeste (1999-2006)

Decidir cuál es la mejor serie de televisión de todos los tiempos es algo muy difícil. Como decidir cuál es el mejor libro o la mejor película o el mejor cuadro o el mejor edificio. Va con gustos y éstos cambian incluso dentro de la misma persona. Pero una que tiene mucho derecho a podérselo llamar es 'El ala oeste', una serie que en España, debido a que la gente prefiere 'Buffy' y 'Smallville', y 'Embrujadas' y cosas así, ha sido bastante maltratada.

La serie trata sobre un presidente estadounidense imaginario y varios de sus principales empleados, y el ala oeste del título es la de la Casa Blanca (de hecho, el título español lo aclara, 'El ala oeste de la Casa Blanca', pero a mí no me acaba de gustar, así que paso de usarlo). Jed Bartlet es un presi muy demócrata (muy del partido demócrata, me refiero), y la serie no tiene ningún empacho en decirlo y en hacerlo actuar en consecuencia, como sería lo normal. Sin embargo, los republicanos no aparecen como monstruos, sino como lo que son: gente capaz e inteligente, con una visión de la vida que aparece bastante chocante para otros, incluidos algunos de allá, cuanto más acá.

Tiene muchos personajes inolvidables: para empezar un presidente que fue Nobel de economía, con mucha personalidad y trazos de grandeza. Los yanquis tienen una devoción casi sagrada por mitos de su política pasada, y son muchos los que sufren ante lo pedrestre de los Bushes y Clintons de hoy. Quieren algo grande, histórico: la nación libre de esclavos de Lincoln o la Nueva Camelot de Kennedy. En lugar de eso tienen McDonald's y muchos problemas educativos. Alguien que hablara y actuara como Bartlet sería un regalo de los dioses. Es más, yo creo que si Martin Sheen se presentara se llevaba unos cuantos milloncejos de votos. ¿Un actor presidente? Pfff. Pos claro. Ya hubo uno y hay otro candidato este año. Por no hablar de Chuache el Governator.

Además, tiene un valor educativo inmenso. No es un curso de política disfrazado de serie, pero sí es una serie que trata de política, y es para gente inteligente. No es como 'Médico de familia', la serie donde el hospital no salía para nada. No, aquí se habla de política, y por tanto se ha de explicar cómo funciona a quien no lo sabe. En Estados Unidos, al parecer, los convictos carecen de derecho al voto. Por ejemplo. Y hay que registrarse para votar con uno de los dos partidos, o no tienes derecho. Y lo explican, pero a toda leche, con escenas de dos minutos con gente andando por los pasillos con cara de ir a alguna parte importante y resolver los problemas del mundo en un plisplás, cappuccino en mano.

Lo más importante es que no es pastelosa ni acaramelada. Los americanos son unos tíos muy orgullosos de su sistema, y los políticos más todavía. Y es así exactamente como actúan, así que a quien le dé asquito, pues va a tener que mirar para otro lado (aunque, por si sirve de algo, Arturo Pérez-Reverte se la ve y le encanta). Sí que salen enjuagues y componendas, pero se explica cómo se llegó hasta la decisión que se ha de tomar, y se defiende la decencia. Recuerdo un episodio donde la administración entera se pone manos a la obra para buscar y potenciar energía limpia de una puñetera vez, y se va viendo cómo una tras otra todas las opciones posibles se van desmoronando por una razón u otra, de manera que quien lo ve puede entender los diversos puntos de vista. Una joya, vamos.

Así que vedla. Bajadla, comprardla, alquiladla, robadla-y-luego-devolvedla, lo que sea.

2 comentarios:

Lenka dijo...

Esta serie es una maravilla. El argumento es valiente, los personajes te conquistan desde el primer momento (hasta los más odiosos), los diálogos son inmejorables, hay comedia inteligente, drama, los pelos de punta, amor del que no empalaga, acción, tensión... Consigue no caer en el "qué perfectos e ideales somos todos" ni en el "los buenos somos muy buenos y los malos son lo peor". Es la serie más inteligente que he visto hasta ahora y la demostración (por la cantidad de seguidores y de premios que tiene) que no somos tan imbéciles ni es tan fácil tenernos contentos ni nos convence cualquier chuminada. Es la prueba de que no sólo de Embrujadas pijas y Cazavampiros de forespán vive el hombre, y que si nos dan algo bueno lo apreciamos. Que ya iba siendo hora.

Me encanta, ya lo sabes. Incluso con cambios, con idas y venidas, con personajes nuevos, consigue mantener la idea original y no perder su esencia liándose con enredos personales ni saltos absurdos. Y, para más inri, ha conseguido lo impensable: que alguien como yo vea con otros ojos a los yankees. Bueno, a algunos. A unos poquitos.

;-)

Mil gracias por meterme en el ala oeste!!!!

Anónimo dijo...

Pues aquí hay otra que está cayendo. Bueno, ha caído. Llevo pocos capítulos (sorry Hereje, si alguien me cuida a las niñas durante 5 días seguidos prometo verlos todos), pero me tiene enganchadita del todo. El señor presidente me parece un tanto excesivamente perfecto a la vez que humano, pero como bien dices es una "representación" de lo que los americanos quieren ver sentado en el despacho oval.

Gracias Ro (y prometo devolvértelos antes de que acabe el verano, palabrita).