sábado, 8 de marzo de 2008

Rugger and soccer


Cuando en el norte de Inglaterra decías en el siglo XIX que ibas a jugar al football, te preguntaban cuál, Rugby Football ('rugger', en el acento local) o Association Football ('soccer'). Siglo y medio después, en días como este merece la pena quedarse en casa haciendo sillonbol mientras ver sudar a otros. También en días como este merece la pena que los ingleses hayan dado al mundo el fútbol y el rugby, y que los sigan practicando como nadie en el mundo. Lo de ‘como nadie en el mundo’ tiene un sentido distinto en el caso del rugby, porque palmar con Escocia según están las cosas tiene delito, pero bueno.

Los emparejamientos del Seis Naciones de rugby ponían hoy a los dos celtas por un lado, a los ‘auld enemies’ por otro, y apartados para el domingo los dos guiris esos que hablan raro, Italia y Francia. Se sabe quién sabe de rugby cuando le preguntas quién es tu equipo del Seis Naciones favorito y te dice Gales. Favorito no en plan de sopesar quién es el mejor, que eso es fácil (Francia cuando les da por jugar a la mano), sino en plan quiénes son los favoritos sentimentales, los que caen bien, los que deseas dentro que les salga un torneo decente, aún dentro del mantra de ‘que gane el mejor’. Son la región más pequeña, no se rinden nunca, tienen un idioma impronunciable, un país lleno de valles verdes, y cuando se abrazan para la melé parecen hobbits. Allí el rugby se mama desde los puertos a la mina a las granjas, y se juega por todas partes. Además, cuando ves la alineación, llena de Williamses, Joneses y Thomases, parece más aún un tema de familia que ha de seguirse en plan tradición del terruño por los siglos de los siglos.

Bueno, pues Gales hizo un mal Mundial en 2006, perdiendo con Fiji, pero lleva 4 de 4 en este 6N, Triple Corona incluida tras ganar en Dublín a los primos celtas. Vaya forma sublime de cerrar torneo ese Francia-Gales que nos espera.

Siguió Inglaterra perdiendo en casa del viejo enemigo. 125 partidos se cumplían del enfrentamiento deportivo más antiguo del mundo. Da igual lo que pase el resto del año en Escocia: si se gana a Inglaterra en Murrayfield se da por bueno. Ya lo dice el himno y todo, en memoria de Braveheart y Eduardo el Malleus Scotorum: 'mandarlos de vuelta a que se lo piensen otra vez'. Se suponía que el partido iba a pasar a la historia porque Jonny Wilkinson batiera el récord mundial de puntos marcados de Gareth Jenkins (galés, pena), y así fue, pero se vio un partido con lluvia, sol y dos arcoiris dobles, que siempre anuncian portentos. Los druidas andaban sueltos seguro.

Y luego la FA Cup de fútbol, la madre de todas las competiciones futbolísticas. Y justo cuando abundaban las quejas entre los tradicionalistas que ya no hay sorpresas y que los cuatro grandes se reparten todos los trofeos, vamos a tener unas semifinales sin ninguno de los cuatro. El Manchester United ha palmao en casa con el Portsmouth, que va noveno, pero no es nadie, y el Chelsea de los rublomillones ha caído en casa de un Segunda, el Barnsley, que sólo ha jugado un año en Primera en toda su vida, y que ya había echado al Liverpool. Todo en la misma tarde fría de marzo, mientras uno lo disfruta sidra pacá birra pallá. Y un chupito Baileys. Dios salve a los herejes.

No hay comentarios: