sábado, 2 de mayo de 2009

Aprendiz de Homero

Aprendiz de Homero
Nélida Piñon

'Aprendiz de Homero' es una recopilación de 24 ensayos de la escritora Nélida Piñon (n. 1937), brasileña hija de padres gallegos, y premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2005. El nexo común entre ellos es el mundo de la cultura y la literatura, y en ellos trata desde cómo empezó a sentir la pasión por leer y luego por escribir hasta artículos dedicados a varios de sus escritores y personajes favoritos. Por lo tanto, varios de estos ensayos se disfrutarán más cuanto más conozca el lector a los autores a los que se refiere: Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Machado de Assis, Miguel de Cervantes...

Es un libro denso de leer a veces, y no sólo por el motivo señalado de que algunos artículos requieren haber leído antes otros libros (lo cual es normal cuando hablamos de literatura), sino por el lenguaje que emplea, con un vocabulario cargado de significados profundos en cada palabra, y que en lugar de explicar las cosas de una forma profesoral o descriptiva, crea imágenes y sensaciones en el lector. El primer artículo, por ejemplo, comienza: "La ilusión cervantina es peripatética. Nos lleva a conocer el mundo. A deambular por donde nunca estuvimos, a aceptar el misterio radical de la condición humana. El carácter insurgente del verbo de Cervantes suprime la ilusión de que vivimos en un universo estable. Una conclusión que obliga a su héroe, don Quijote, a inocular lo existente con su desenfrenada invención, a usar la máscara de nuestros sueños y de nuestros apetitos". Es, como se ve, un lenguaje para ir leyendo despacio y reparando en cada palabra: 'peripatética' no sólo describe la naturaleza viajera y vagabunda de don Quijote por esas Españas del Siglo de Oro, sino que la enlaza con Grecia, el origen de la cultura y la narrativa occidental. Don Quijote 'inocula' sus locuras en la realidad que ve como si su lanza fuera una jeringuilla contra la locura de no estar loco. La 'máscara' con que tapamos la cara que mostramos a los demás es la de lo que soñamos y lo que queremos, que es a lo que don Quijote se dedica, y es de nuevo un motivo sacado de los orígenes griegos y su teatro. Puede costar un poco acostumbrarse a este lenguaje, pero a medida que se lee se va haciendo más familiar.

En varios de los artículos la autora se refiere precisamente a la preocupación que siente todo escritor por encontrar su propia manera personal de expresarse: "En cuanto a mí, soy una narradora que se proclama hija del lenguaje que habla, piensa, escribe, calla, describe. Hija de la imaginación que articula un mundo suplementario para adicionarlo a la realidad vigente. A lo largo de los años me enfrenté al desafío de crear un lenguaje autónomo, esencial, irrenunciable, nacido de mi visión literaria, al que debía conferir una especulación armónica compatible con la intimidad de mi corazón y de mi pensamiento de mujer. Un lenguaje que, sin descuidar la arqueología de la memoria, expresase mi semántica y mi representación teatral."

A medida que se va leyendo cada artículo, se va viendo que aparecen en muchos una serie de motivos que acaban formando una telaraña cuando se unen entre sí, como si cada uno de ellos fuera una rama distinta desde la que la araña lanza sus hilos hacia otra en el mismo árbol. Uno de estos hilos es la aventura de leer, que lleva a la de querer narrar, que lleva a maravillarse por el mundo de la ilusión y de la palabra. De ahí vienen las loas al idioma portugués, instrumento que la escritora usa. Y de ahí las continuas referencias a Brasil, su patria ('El Brasil' lo llama ella), y a Galicia, lugar de donde emigraron sus padres. Y siguiendo el hilo hacia atrás se llega a Cervantes, a quien idolatra, a la Biblia, parte de su educación católica, y a Homero, génesis de la literatura occidental, de quien ella se considera, como dice el título del libro y del último ensayo, aprendiz. Y quien siendo brasileña de origen gallego se reconoce en Cervantes, Homero y la Biblia, ha de mencionar el mestizaje y la fusión como otro motivo que repetir en sus artículos.

Otro es la mujer, que ella es, y que aparece descrita como un ser apartado por el hombre, por sus leyes y por sus dioses de la vida política, y reducida, que no es poco importante, a ser pozo de memoria y sabiduría antigua. El libro contiene ensayos dedicados a mujeres de la literatura y la religión como Dulcinea, Maritornes, Sara la esposa de Abraham, María madre de Jesús y María Magdalena.

La ciudad y sus formas de concebir la vida de sus habitantes también tienen cabida, desde el Macondo imaginario de García Márquez, apiñado y viejo, hasta las calles rectas de las urbes fundadas por los conquistadores españoles con el fin de que así se pudieran sofocar mejor las rebeliones nativas. La educación, en fin, es otro motivo, con una llamada a leer para apasionarse y descubrir.

Así pues, todos estos puntos, unidos entre sí, forman una red en cuyos nudos se encuentran ensayos como 'La memoria secreta de la mujer', 'El espectáculo de la ilusión', 'La gesta de la palabra', 'El descubrimiento del mundo', 'La brasileña', 'Troya y Machado', 'Galicia, la nostalgia de las palabras', 'Trampa del olvido', 'Las memorias del mundo', o, resumiéndolo todo, 'La epopeya de la lectora Nélida': "Nací escritora, nací lectora.(...) Miraba a los escritores de forma agradecida. Aquellos seres, responsables de los libros de lomos atractivos y tapas coloreadas, forraban mi imaginación de heno y sueños. Libros que me prorrogaban la existencia e impedían que cayese en las redes de lo banal".

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