domingo, 10 de enero de 2010

No me torees

En los últimos cuarenta años España ha quedado transformada de una manera, que, como decía Alfonso Guerra que iban a hacer los socialistas al llegar al poder, "no la va a conocer ni la madre que la parió". Toda la gente de esa edad y más (cuanta más, más cambios se notarán, y todos en el espacio de una sola vida humana) habrá visto que así es, tanto para lo bueno como para lo malo. Tenemos otro sistema de gobierno, las mujeres tienen el lugar que les corresponde (que es ni más ni menos que tener la oportunidad de buscarse el que se quieran hacer, como cualquier varón), no hay mili obligatoria, el divorcio y el aborto se permiten, el estado es aconfesional pero permite la práctica de todas las religiones, y formamos parte del concierto internacional en condiciones ventajosas. Incluso el Partido Comunista, llegó, vio y no venció nunca. También hay menos disciplina en las escuelas y más inseguridad por la calle, por ejemplo. Pero el asunto es que un montón de cosas que España iba dejando para otro momento se han ido normalizando. Y todas ellas, con el esfuerzo de todos.

Cuando hablas con otra gente sobre este tema, resulta fascinante ver en qué basa cada uno su decisión final. Algunos lo deciden en base a su primera reacción, sin compararlo con otras opiniones suyas, y otros acuden a principios básicos, de los cuales infieren el camino por el que éstos les deben conducir, aunque no sea el que esperaban. Por ejemplo, alguien que piense que el respeto a la vida es un principio básico innegociable se debiera ver abocado sin remedio a estar en contra del toreo (a no ser que retuerza lo del 'respeto a la vida' para que signifique que lo que más respeta la vida de un toro es lidiarlo y matarlo en una plaza llena de gente -argumento que se usa de verdad, por cierto-). Por ejemplo, quien piense que no se debe imponer cosas a otros deberá apoyar la existencia del toreopor mucho que lo odie, ya que si no, está imponiendo una prohibición a los demás. Quien se base en el respeto a las costumbres de cada pueblo también habrá de aceptar la lidia. Y así sucesivamente.

Yo veo el toreo como una de las que aún no ha pasado por ese proceso, y ya le va tocando. Estoy en contra de su práctica, pero no de manera furibunda. Alguna vez he firmado alguna petición que me han puesto delante de los morros, pero nunca he ido a manifas ni he hecho mayor esfuerzo por contribuir a su desaparición, al menos en su forma actual, que hablar sobre el tema. Como todo el mundo, he crecido con el toreo como una parte más de las cosas que existen ahí fuera, que unos aprecian, otros no. Cuando te va llegando la edad de razonar lo que ocurre, vas viendo que es un asunto donde hay muchas contradicciones con todo lo demás que vives, y que, siendo consecuentes con el resto de la sociedad que nos hemos formado, es algo que debiera dejar de existir, junto con la pena de muerte, la imposibilidad de elegir a tu gobernante o la obligatoriedad hacer un servicio militar. Simplemente, estamos en una sociedad que respeta a los animales por principio, y el toreo no sólo no los respeta, sino que los hace sufrir. Si construimos una sociedad basada en principios, habremos de ir adonde estos nos lleven, y aunque a mí el toreo no me ocupa la mente demasiado, creo que debiera desaparecer, por coherencia. El problema es que solo no va a desaparecer, y que mientras no se prohíba se seguirá haciendo. Así que los gobernantes y legisladores deberán tomar cartas en el asunto.

He oído muchas razones desde siempre en favor del toreo, y por mis circunstancias, he tenido que explicárselas muchas veces a extranjeros, no para defenderlo, sino para que entiendan la complejidad del tema, y los motivos de por qué se empezó a hacer y por qué continúa, que no es porque los españoles seamos unos desalmados, así que estoy muy familiarizado con ellas. Y la reacción final es la misma siempre: todas explican e ilustran, pero ninguna justifica, y todas las repercusiones que podría tener la prohibición del toreo se podrían suavizar con la legislación apropiada. Suavizar, digo, no que el gobierno me arregle la vida porque me cierra el chiringuito. Habrá quien sufra y quien se arruine, pero eso también pasa cuando se cierran minas, desaparecen oficios antiguos o simplemente bajan las ventas del producto que sea.

¿Que el toro vive muy bien hasta que lo lidian? No es razón para matarlo, y además, si se lo pudiera criar bravo teniéndolo enjaulado, estaría enjaulado para bajar costes. ¿Que así se conserva el ecosistema de la dehesa? Ese ecosistema se puede preservar de manera oficial, lo mismo que se hace con Doñana o los Picos de Europa. Hoy en día los ecosistemas no se dejan perderse así como así. ¿Que los toros desaparecerían si no se criaran? Lo mismo que antes, hoy en día no se deja extinguirse a ningún animal, sobre todo grande, y España es pionera en eso, teniendo como tenemos animales únicos en el mundo cuya supervivencia se garantiza con duro trabajo y el espacio natural necesario. ¿Que desaparecerían muchos empleos? Muchos podrían reconvertirse en empleados que cuidaran de los toros que quedan y de las plazas se serían usadas para otras cosas. ¿Que es parte de la cultura española? También lo fue la Inquisición, o el imperio donde no se ponía el sol, la monarquía no parlamentaria, o ir por ahí con navaja. ¿Que otros animales también sufren, por ejemplo, en mataderos? Pues que se humanicen los mataderos, no que se permita el toreo por eso. ¿Que el toro en realidad no sufre? Mentira como un piano, por alta que sea su capacidad de aguante, y además, esa no es razón para lidiarlo, ni siquiera para matarlo. Las únicas razones para matar a un animal son por ahorrarle sufrimientos (por vejez, heridas o lesiones), porque constituya un peligro público que no se pueda resolver apresándolo (que transmita enfermedades, que ataque poblaciones más o menos aisladas, etc) o para comérselo. Ninguna se aplica al toreo. Sí, se come la carne del toro después de la corrida, pero eso justifica matarlos (y a millones, si hace falta, como se hace con otros animales), no torearlos.

Todo este tema del debate y el contradebate hay que pasarlo para llegar a una determinación, y este resumen no es más que la punta del iceberg visto desde lejos. Lo que me interesa de verdad es qué hacer al respecto ahora. Una solución de regateo podría ser torear sin matar al animal e incluso sin clavarle objetos como puyas o banderillas. El espectáculo seguiría existiendo, y al animal se lo respetaría al menos en lo esencial, que es en conservar su vida. Ya existen formas de festejos taurinos que así lo hacen (no todo es una corrida con muerte de seis toros seis), así que esto no es ninguna novedad buenista. Parece ser que esta negociación, que sería lo más civilizado, es la solución que menos visos tiene de aceptarse, porque los partidarios del toreo lo verían como una transgresión intolerable, e incluso una mostruosidad más grande que la práctica como está. Pues lo siento mucho, pero si en mundo del toreo no se aviene a algo así, y sólo acepta el todo o nada, puede llegar el día en que sea nada. Entonces sí que lo habrán perdido todo.

Hay una postura que no parece abundar, o que por lo menos no he encontrado por ahí, y es la de reconocer con humildad que el toreo es un anacronismo que no debiera existir en estos tiempos, que el día que se prohíba será justo, y que el disfrute -y el sufrimiento- que haya causado hasta entonces habrá desaparecido. Y tras haber reconocido todo eso, pedir un indulto, valga la expresión, a la clemencia de la sociedad, y si ésta lo rechaza, desmontar definitivamente el espectáculo. Un ejemplo para ilustrar -y remarco lo de 'ilustrar', que odio mezclar temas- es el fumar en espacios públicos. El tabaco perjudica a otros, siempre ha sido así, y el hecho de que siempre se haya permitido fumar donde se quiera se va a ir acabando. Y los fumadores acabarán aceptando, de grado o por fuerza de la ley, que la situación anterior era injusta, y que quien tiene que fastidiarse e irse a otro sitio a fumar son ellos. Que ojalá, egoístamente, que tarden mucho en prohibirlo, pero que el día que lo hagan, será justo. O las descargas ilegales: ahora está colando y me beneficio, pero no deja de ser robar, y el día que se cierre el grifo, ajo y agua, porque es justo.

Repito que no comparo temas (el toreo no roba a nadie, ni perjudica la salud de quien no va, por eso insisto en no comparar), pero espero que se entienda el tipo de sentimiento a que me refiero, y que espero encontrar más a menudo. Que por muy cabrón que sea el violador o el terrorista y por mucho que apetezca matarlo, no podemos volver a la pena de muerte, por mucho que la hubiera antes, porque son otros tiempos. Que el momento de abandonar esta práctica ha llegado, como llegó elde muchas otras, y que esto se puede hacer con una despedida digna y consensuada, o por las bravas y malamente.

Puede resultar paradójico, pero las razones sentimentales las veo como las únicas que podrían seguir manteniendo el toreo vivo. En plan: "Pues miren, sí, está mal, es innegable y visible, pero lo llevamos haciendo toda la vida, y es parte de mis reglas retorcidas que siga existiendo esto que no debiera". Ojo, que para quien me conozca, no digo esto por admiración del espíritu alatristesco. Convertir cualquier cosa en una regla personal no lo hace admirable de por sí, ni siquiera en el propio Alatriste. Lo digo porque eso es algo que al menos se puede entender. Defenderse con monsergas como que el toro no sufre, o que desaparecería no va a llevar a sus partidarios a ninguna parte más que a perder apoyos de gente indecisa. Exponer humildemente que no está bien, pero que ojalá se siga permitiendo, con la venia de 46 millones de personas, es algo que, al menos, se puede respetar. Además, yo, personalmente, recomendaría no usar la españolidad del toreo como argumento, tampoco. Ya sé que yo no tengo poder para decidir qué es español o no, pero tampoco se puede imponer desde fuera. Hay millones de personas que no sienten el toreo para nada y ven como una lacra a su españolidad que siga existiendo. Así que por ahí también perderían la batalla. O la guetizarían, dividiendo España en sitios donde se torea y sitios donde no. Que igual es otra solución, y la más probable, visto nuestro actual estado de las autonomías, las diputaciones provinciales y los términos municipales.

Otra cosa que he visto leyendo sobre el tema últimamente es que parece haber una tendencia de defender el toreo menospreciando y equivocando algunas razones alegadas en contra. Que los defensores de los toros no entienden a esos animales, porque creen que son peluches de Disney (y no exagero: las referencias a Disney han aparecido en al menos tres textos que he leído recientemente) en vez de bestias peligrosas. Que como no apoyan el toreo es que no lo entienden. Que oponerse es una moda 'buenista' (palabro que de repente se ha empezado a usar un montón, quizá Pérez-Reverte tenga algo que ver con ello), y de gente sin sangre en las venas y sin nada más que hacer que dar por el saco. Esto sí que es peligroso si de verdad que quieren defender el toreo: si tratas al contrario como si fuera gilipollas, te puede tirar alguna cornada. Espero que no hablen así porque piensen que pueden permitirse ser tan bordes ya que tienen la sartén por el mango: el toreo no es algo prohibido que estén intentando que sea aceptado, sino al revés: está permitido y es el otro bando quien quiere hacer que se prohíba. Pues ojo con la actitud, que como pasa con los toreros, hay una línea muy fina entre valiente y arrogante. Y esta es una lucha que tal como está las cosas, pueden perder.

Y ya por último, lo de que el que no le guste que no mire y me deje matar toros si yo quiero, que esto es un país libre, es quizá la que menos se sostiene de todas. Los límites de lo que se puede hacer y no los ponemos entre todos, y algunas decisiones gustarán y otras no. Quien quiera cambiar la legalidad vigente, sobre este tema o cualquier otro, tiene mecanismos para hacerlo que puede usar echando tiempo y ganas tanto o más que los que piensen lo contrario.

2 comentarios:

Lenka dijo...

Pues nada, no te toreo. Tampoco es que tenga nada que alegar, oiga. Tamos de acuerdo. Pa variar. Sin novedad en el frente.

(Eso sí, tenemos a la peña mareada con esta fiebre taurina que nos ha dao)

XD

Rogorn dijo...

Ya veo, ya. Pero todo sea por la causa, jeje.