jueves, 10 de junio de 2010

Cerrado por Mundiales

El frikismo ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y en el caso del arriba firmante el primer y primigenio frikismo, que viene de antes de que existiera el palabro en román paladino, es el fútbol. O júrgol, o balompié. Y en concreto el Mundial. Porque la niñez de uno son cromos de Danone con la Araña Negra (que no era un villano de Spiderman, sino el portero soviético Lev Yashin -soviético, cuando eso acojonaba más y todo-), el estadio Centenario en blanco y negro, Pelé (Bananas) levantándola (la copa) tres veces en doce años y Maradona con pelusa y delgadín. A eso se añade una imagen difusa, completada luego por el vídeo y el dvd, de unos de naranja contra unos de blanco y azul celeste, ambos con las medias por los tobillos y pelambreras rubias o morenas, según, en un campo lleno de papelitos. Como dice el Reverte, en imagen que hace nada era de vanguardia y ahora ya casi es entrañablemente obsoleta, son las cosas que a uno le formatearon el dico duro. Qué se le va a hacer. Nadie en casa tenía la Odisea. Como mucho, Sandokanes, Corsarionegros y Juliovernes. Y el As.

Así que, cada verano de año par no bisiesto, llega el rito que es como la peregrinación a Santiago, la vuelta a la piedra esa de La Meca y los cabezazos contra el Muro de la Lamentaciones (a veces no metafóricos) todo junto. 64 partidos, 128 horas de júrgol (o balompié, o fútbol) en un mes. Este año los cabrones me lo ponen en horario de trabajo (y no me voy a quejar, que igual luego le sobra a uno tiempo, pero le falta todo lo demás), pero para eso inventó Dios, que es colombiano cuando marca goles a Alemania, con manos de Maradona y pies de Messi, el vídeo y luego después el intrené. Porque aunque el fútbol no es como el cine, que da igual cuándo lo veas, el Mundial es el Mundial, y si hay que verse cuatro en un día, se ven. Porque tu deporte rey es tu deporte rey. Hombre ya.

¿Qué va a pasar este año? Las cosas apuntan a una final Brasil-España, pero el Mundial tiene una tradición curiosa por la cual nunca sale la final prevista, aunque siempre llegan a ella los mismos de toda la vida. Nadie daba un duro por Italia en 2006, y lo ganaron, los muy jodíos. En 2002 hubo trillones de sorpresas (Francia y Argentina fuera en la primer ronda, Corea del Sur echa a Italia y España), pero la final al final la jugaron Brasil y Alemania, que son como el Barça y el Madrí, pero en selecciones.

Sumarse a la nómina de equipos que aparecen siquiera en una final es mu jodido. Aparte de los de siempre (Brasil, Argentina, Alemania, Italia), Francia sólo ha llegado dos veces, e Inglaterra, que inventó esto, sólo una. Mirando atrás uno sólo ve a Holanda en los 70, que es cuando eran legendarios, e incluso a Hungría y Checoslovaquia un par de veces cuando menos gente jugaba a esto. A Bulgarias, Turquías, Croacias, Bélgicas y Polonias varias se les pone una especie de barrera invisible en semifinales, que evita convertir una buena camada en una generación para la historia. No es suficiente. España, por su parte, es la selección más importante que nunca ha llegado a una final, y por fin hay un equipo con personalidad propia, con sus enanitos del tiqui-taca, que puede conseguirlo. Pero ojito. Que si al modelo de la Roja, que curiosamente son los catalanes del Barça, los echó de la Champions este año un equipo italiano con entrenador portugués y plagado de argentinos y brasileños, miremos el calendario y veremos que lo probable es que en las rondas eliminatorias nos esperen, por este orden, Portugal, Italia, Argentina y Brasil. Once copas entre los tres últimos. Ahí queda eso.

Nadie dijo que fuera fácil. No queda sino batirnos. Sus y a ellos. Al decimosexto golpe, el árbitro saca por fin tarjeta. No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero ésas no son buenas cualidades en un delantero centro.

Nos vemos el 11 de julio.

3 comentarios:

Inés Valencia dijo...

Que usted lo disfrute cual enano en las Cavernas Centelleantes!!!!
Yo nunca he sido futbolera, y con los años mi interés se ha reducido al cero absoluto, pero ay, uno de los recuerdos más bonitos de mi infancia viene del 82. Aquel mundial, Naranjito y la liga para mi Athletic. Fue muy grande.

Lenka dijo...

Jajaja, exijo derechos por mi frase!!!
;)

Yo es que ya sabes... me crié en una casa en la que se odiaba el fútbol. Me tocaron las motos. A mí me formatearon el disco duro con tumbadas, pasadas, idas de atrás, subidas por los pianos, abrir gas, que si el Crivi, que si el "Dujan", que si el Sito... Y mi madre chillando cuando se caía alguno, ay, el chiquillo, matóse.

Todo esto con pizzas (hechas por La Mamma), cervezas, algún cigarro medicinal de aquellos apestosos (ejem) y la peña de amigotes del viejo y de amigotas de la vieja. En casa de fúmbol ni papa. Pa mí el Naranjito era un dibujo en las camisetas namás.

Y aquí seguimos, sufriendo por Valentino. Siejque... hay cosas que nunca cambian!

Ado dijo...

En casa...todo lo que huela a deporte. Habían motos, coches (antes de Fernando Alonso), balonmano, baloncesto...y por suepuesto futbol. Yo si que trataré de disfrutar del mundial, un Mudial que sinceramente espero que no gane Argentina, y no por los jugadores o que le tenga mania al pais, simplemente porque es lo que le faltaba a Maradona para su superego. No soporto al tio.