lunes, 18 de julio de 2011

A dance with dragons

...y al fin, el 12 de julio de 2011, seis años después de la anterior entrega, se publicó el esperado quinto libro de la saga 'Canción de hielo y fuego'. 'A dance with dragons' (aún sin título en español, aunque espero que sea 'Danza de dragones'). Novecientas cincuenta y nueve páginas, y casi sesenta más con las ya famosas listas de nombres de personajes.

La noticia principal es que todo sigue como hasta ahora. Es decir, el estilo del libro es exactamente el mismo que el de sus antecesores. La saga entera está concebida como una historia única, y por lo tanto, analizar este libro aisladamente sería como analizar el quinto capítulo de una novela, el quinto episodio de una serie, o un el quinto cuarto de hora de una película. Puede hacerse, pero lo que cuenta es el contexto general. No es un libro que se pueda leer sin haber leído antes los anteriores, aunque para quien lo haga, no deja de haber recapitulaciones en forma de recuerdos. Quien haya leído alguno de los volúmenes anteriores ya sabe cómo escribe Martin y encontrará lo mismo en esta nueva entrega: seguimos con los capítulos contados desde el punto de vista de un personaje cada vez (dieciséis diferentes), seguimos con los minuciosos detalles y descripciones de todo lo que piensa el personaje central en esos momentos y lo que ve a su alrededor (en especial las comidas), seguimos con los continuos recuerdos y recapitulaciones en pluscuamperfecto de indicativo (o como se llame ahora), y seguimos con unos personajes a los que se trata sin piedad, sufriendo heridas, golpes, enfermedades y torturas que les dejan secuelas de por vida, tantas a veces como las propias resoluciones que toman. De hecho, seguramente el capítulo que resultará más comentado de todo el libro, uno de los últimos, es fruto de una importante decisión, y las consecuencias que provocará, no solo al personaje que la toma, sino al resto de la historia en general, son absolutamente imposibles de predecir. Eso es también algo con lo que seguimos: en esta saga solo se puede esperar lo inesperado. Entre otras cosas, hay importantes novedades en torno al eterno problema de cuál debe ser el culo que se siente legítimamente en el Trono de Hierro. Novedades, digo, no necesariamente soluciones.

Por otra parte, para todos los que se quejaron de que la cuarta entrega, 'Festín de cuervos', metía demasiados lugares y personajes nuevos, que sepan que si no querían caldo, les van a servir 77 tazas, como en la boda de Joffrey. Muchos de ellos vienen de la mano del hilo concerniente a Daenerys Targaryen, a quien habíamos dejado intentando controlar una ciudad del lejano y extraño oriente llamada Meereen, y la noticia de que tiene consigo a tres dragones la convierte en un imán que atrae a varios aventureros, guerreros y pretendientes (a su mano y a diversos tronos) cuyos planes se van a ir entrelazando. Si hasta ahora se solía describir a la saga entera como "una historia que tiene lugar en un continente imaginario llamado Poniente (Westeros)", eso va a haber que revisarlo, porque el continente oriental, a solamente unos días de navegación al otro lado de un océano relativamente estrecho, adquiere una gran importancia en este volumen. Eso supone nuevas tierras, nuevas ciudades, nuevos personajes y nuevas oportunidades para hacer y deshacer complots y alianzas. Ahora mismo la complejidad de la historia es tal que es como jugar dos partidas de ajedrez al mismo tiempo, con las complicaciones de que algunas fichas pasaran de un tablero a otro, otras fueran reyes o reinas disfrazadas de peones, y otras se cambiaran de bando en el momento que más les convenga. Y que además, cuanto más se alargara la partida, más piezas aparecieran. Demencial. Y extraordinariamente absorbente si uno se mete en el juego.

La mencionada trama oriental se hizo tan enrevesada que el propio Martin se refirió a ella como "el nudo meereenés", y tuvo que reescribir material para ella tantas veces que probablemente sea la razón principal de que 'A dance with dragons' en sus dos terceras partes corra paralelo a 'Festín de cuervos' en lugar de continuarlo. Como explicó el propio Martin, cuando el cuarto libro se empezó a complicar, decidió usarlo para contar "toda la historia de la mitad de los personajes en lugar de la mitad de la historia de todos los personajes". Así que 'Festín' se concentró en seguir los acontecimientos que ocurrieron en Desembarco del Rey (King's Landing), en el principado sureño de Dorne y en las Islas de Hierro (the Iron Islands), así como las aventuras de Arya y Brienne. Seis años después, las primeras 600 páginas del nuevo libro nos cuentan lo que al mismo tiempo estaba pasando en el mencionado continente oriental y en el Muro. Por fin, en el último tercio 'A dance with dragons', los dos ríos vuelven a unirse y a fluir juntos cronológicamente hacia ese invierno que se lleva prometiendo (o con el que se lleva amenazando) desde la primera entrega.

-The queen has offered a lordship to the man who brings her your head.
-Make her spread her legs for you as well. The best part of me for the best part of her, that's a fair trade.

Ah, Tyrion. Se te echaba de menos...

No hay comentarios: