Difficult
men
Brett
Martin
Faber &
Faber, 2013
Ahora que
las series de televisión están acercándose (o superando incluso) en calidad al
cine, empieza a haber también libros que analizan el fenómeno como lo han hecho
siempre con la pantalla grande. Uno de los más recomendables es estos ‘Hombres
difíciles’, que no son ni más ni menos que los creadores de las series más
importantes de lo que se está dando en llamar “la Tercera Época Dorada” de la
televisión estadounidense: David Chase (‘Los Soprano’), Shawn Ryan (‘The Shield’),
David Milch (‘Deadwood’), David Simon (‘The Wire’), Matthew Weiner (‘Mad Men’)
y Vince Gilligan (‘Breaking Bad’). Todos ellos tienen en común el ser pioneros
(sobre todo Chase), y también el ser personalidades con las que es difícil
trabajar (también sobre todo Chase, y excepto Gilligan, al parecer, famoso por
ser más bien lo contrario). Junto a la biografía de cada uno de ellos, Brett
Martin, de la revista ‘GQ’, cuenta cómo concibieron sus series y también cómo
pelearon por cada centímetro de independencia, tanto contra sus jefes como
contra sus propios demonios y rarezas. Chase, por ejemplo, era un admirador de
la Nueva Ola francesa y del Cine Como Dios Manda que se veía a sí mismo como un
traidor a sus ideales al aceptar trabajar en televisión, y cuando eso dejó de
ser un estigma (en gran parte debido a sus Soprano), siguió pensando lo mismo,
con gran vena de pesimismo mediterráneo (el apellido original de su familia es
De Cesare). Simon es un polemista nato, exreportero de prensa, aficionado a
escribir largas e intensas parrafadas sobre lo que toque, en especial para
salvar series de la cancelación. Weiner, considerado un poco la oveja negra de
su familia, es de un detallismo puntilloso en sus reconstrucciones de los 60 y
muy celoso de sus apariciones en los créditos y en las entregas de premios.
Milch encarga a otros escribir los guiones y luego los reescribe él hasta
dejarlos irreconocibles. Gilligan, tras amplia experiencia en ‘Expediente X’,
no sabía de la existencia de ‘Weeds’ antes de proponer ‘Breaking Bad’ y a punto
estuvo su serie de no existir. Etcétera etcétera. El libro es fuente inagotable
de momentos puntuales que podrían haber cambiado completamente la historia de
su medio.
Todas estas
series, y otras como ‘Damages’, ‘Policías de Nueva York’, ‘Rescue Me’, ‘Generation
Kill’, 'A dos metros bajo tierra' y varias otras que aparecen en el libro a menudo se solapan unas con
otras en la emisión original, así que es difícil mantener un orden
estrictamente cronológico, pero en el libro se aprecia bastante bien la
progresión que hizo que para cuando se estrenara la en principio “infilmable” ‘Juego
de tronos’, los nombres de canales como HBO, AMC, Showtime o FX fueran casi una
garantía de calidad, o al menos una posibilidad clara de llegar adonde las cadenas
generalistas alcanzaban solo con gotas aisladas de calidad como ‘Perdidos’ o ‘El
ala oeste’. Porque esa es una de las claves de esta nueva era dorada: los
canales de pago y su mayor libertad para tratar temas más adultos, desde el
punto de vista del sexo y la violencia en pantalla, los tacos en el lenguaje o
las tramas al servicio de la historia, y no al de alargarla lo más posible. Las
temporadas de 12-13 episodios al año en lugar de 22-24 también son un detalle
importante para lograr mayor calidad.
El libro se
centra en estos creadores principales, aunque también se explora el tema de la
autoría real en algo tan colaborativo como una serie de televisión, donde las “writing
rooms” de ocho personas para arriba, que pueden cambiar casi al completo de una
temporada a otra, reparten mucho el mérito final de cada cosa que ocurre en
pantalla. Sin embargo, cada serie suele tener un nombre central asociado a
ella, y el “showrunner” de turno es ahora la persona en quien se centran las
miradas tanto en caso de fracaso como de éxito. A pesar de ello, alguna vez se
mencionan detalles importantes de productores como Chris Albrecht, de HBO, o
actores como James Gandolfini, cuya intensidad como Tony Soprano tuvo su coste
psicológico.
En fin, que
al igual que pasa con el ‘Easy riders, raging bulls’ (‘Moteros tranquilos,
toros salvajes’) de Peter Biskind y el cine de los años 70, este libro cuenta
la historia de cómo nació una época importante en el arte del que se ocupa y de
quiénes fueron los principales causantes de su brillantez. Obviamente, tiene
spoilers, pero es que si no, no se puede hablar bien de según qué fundidos a
negro, polis corruptos o camellos asesinados.
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