martes, 8 de enero de 2008

Los Soprano (1999-2007)



Esta es otra de las que muchos han llamado 'la mejor serie de televisión de la historia', y con buena razón para hacerlo. Quizá en otros países pierda mucho, debido a que el doblaje forzosamente ha de dejar fuera multitud de matices, pero esta va a ser una serie de culto y de éxito al mismo tiempo, sin duda.

Normalmente los protagonistas de una serie o película son gente con la que el espectador se supone que se tiene que identificar, los ‘buenos’, por así decir. Y si había un personaje malo que odiabas pero que te encantaba al mismo tiempo (‘you love to hate them’, como dicen en inglés), venía contrapesado por todos los demás buenos. Pues aquí no. Los protagonistas absolutos son una familia de mafiosos de Nueva Jersey, donde no hay ni un bueno en escena, todos hacen cosas horribles, pero no se puede apartar la vista de ellos. Es más, cuando el FBI aparece en escena, a uno le dan ganas de ponerse de parte de los malos.

El creador, David Chase, y mucha gente de los que le rodean dicen haber tratado con mafiosos de verdad, y de tener sensaciones tremendamente contrapuestas. De llorar de risa oyéndoles contar historietas, impresionarte con frecuencia con los modales educados de muchos, y luego al día siguiente saber que a ese lo mataron o lo hicieron matar por un quítame allá un pago atrasado. Esto se refleja en la serie, donde la monstruosidad resulta cotidiana y la anormalidad resulta normal. Después de ver lo que a Tony le echan encima sus dos familias, la de su casa y ‘la otra’, uno casi hasta le comprende y compadece. Casi.

Si los grandes pasos del cine de mafias los dieron ‘El padrino’, ‘Erase una vez en América’ y ‘Uno de los nuestros’, ‘Los Soprano’ supone la siguiente etapa en la evolución. ‘El padrino’ empezó solemne, grave, operística, casi shakespeariana, hablando de la mafia ‘de clase alta’ que no puede negarte nada el día de la boda de la hija del jefe. ‘Los Soprano’ muestra a un medio cabecilla de barrio (Nueva Jersey tiene la fama que podría tener Vallecas, por ejemplo) que casi no sabe italiano y que ha de presentarse al mundo legal como ‘consultor de manejo de residuos’, vulgo ‘basurero jefe’. No hay grandeza ni smokings ni ópera ni huerto de naranjas. Hay timos de baja estofa, hay problemas con los críos (que por sí mismos construyen subtramas excelentes), hay violencia sucia y callejera, y hay problemas psicológicos, haciendo de las visitas de Tony a la doctora Melfi el hilo conductor de la serie, sobre todo al principio. Estrenada poco después de ‘Una terapia peligrosa’, donde el mismísimo Robert de Niro, antiguo Vito Corleone, se reía de todo el tinglado, en la serie desmontan cualquier parecido de un manotazo. Cuando la doctora Melfi le menciona dicho film a Tony, éste le suelta: ‘That was a fucking comedy!’ Y a otra cosa. 86 episodios después, queda bastante claro.

Si el cambio de milenio pasará a la historia audiovisual como el momento dorado de las series de televisión, uno de los grandes causantes serán Tony Soprano y su banda. Family. Redefined.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí, "Los Soprano" es La Serie, con mayúsculas. No esperemos ver una serie sobre la mafia con tintes románticos, sombreros negros con cinta blanca, ojos que soportan estóicamente el humo de un cigarro que se consume entre los agrietados labios de un hombre con la cara surcada por profundas cicatrices, ni siluetas que se adivinan en la penumbra de una habitación claustrofóbicamente cerrada.
Es la vida pura y dura de un mafioso con dos familias, como dice Rogorn: la legal y la "ilegal", su mujer e hijos y su banda, por otro lado. Parece ser que los creadores de la serie se fijaron sobre todo en la familia Cavalcante de New Jersey, muy relacionada con otra familia archiconocida: los Gambino.
Me decía algún detractor de la serie que le parecía muy lenta, con poca acción; ya lo dije al comienzo. La cámara y el guión bucean y se introducen muy bien en los entresijos familiares (de una familia y de otra), de tal manera que dejamos de ser un mero espectador y nos convertimos en un miembro más de los Soprano: somos, aunque de manera pasiva, en un mafioso más. Pero con todo lo que conlleva. La extorsión, las amenazas, e incluso los asesinatos llegan a convertirse en nuestro modo de vida. Esto es lo que me ha pasado a mí. Je, je, no quiere decir que en la vida real sea así, pero la serie consigue del espectador una complicidad absoluta.

Eso sí, disfrutadla en versión original, si podéis.

Régulus dijo...

La mejor serie de la historia dentro de su genero

Unknown dijo...

Una serie bien escrita y bien hecha por HBO, es de admirar que el escritor de las últimas temporadas,
Matthew Weiner, es también el creador de Mad Men, que es uan serie brillante también.