jueves, 14 de agosto de 2008

Anécdotas olímpicas V

Gimnasia masculina - Concurso completo
Seúl 1988
Historias de superación personal hay muchas en el olimpismo, pero una de las más conocidas en tiempos recientes es la del ruso Dmitri Bilozerchev. En 1983, con sólo 16 años, se proclamó campeón del mundo, pero debido al boicot soviético a los Juegos de Los Ángeles 84, no pudo participar. A cambio ganó los 'Juegos de la Amistad', la competición paralela que organizaron los países que se unieron al boicot, y el campeonato de Europa de 1985. Entonces, celebrando su mayoría de edad y su recién estrenado carnet de conducir, se fue de fiesta, bebió demasiado champán, y el medio de la lluvia de las calles moscovitas se la pegó contra un camión, rompiéndose la pierna izquierda por más de 40 sitios. Estuvo tan grave que se llegó a considerar amputársela.

Abandonado por los estamentos deportivos soviéticos, que vieron su comportamiento como típico caso de hedonismo occidental, empezó a entrenar casi en solitario tan pronto como pudo. Sin embargo, ese 'tan pronto' fue demasiado pronto, y se lesionó el tobillo derecho al sobrecompensar el esfuerzo sobre él. A pesar de todo esto, logró recuperarse, ganar el Mundial de 1987 y llegar a sus primeros Juegos como favorito, aún con sólo 21 años. Y lo hizo de maravilla... excepto en su mejor aparato, la barra fija (y no es un chiste malo), donde falló un giro que le costó medio punto, que es todo un mundo en un deporte donde a veces se empata a milésimas, y sólo pudo ser bronce. Al menos pudo consolarse con dos oros por aparatos en los días sucesivos.

Al año siguiente, en agosto de 1989, con la caída del muro de Berlín (y del comunismo) ya inminente, todavía le dio tiempo a ser expulsado del equipo soviético tras irse dos días de borrachera y ser tachado de 'ser una influencia corruptora para otros miembros del equipo'.

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Gimnasia masculina - Salto
Saint Louis 1904
Y hablando de superar dificultades, no olvidemos al estadounidense George Eyser, que ganó dos oros, dos platas y un bronce en estos Juegos a pesar de tener la pierna izquierda de madera. La suya le fue amputada tras ser atropellado por un tren.

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Gimnasia masculina - Barra fija
Los Ángeles 1932
Dos finlandeses, Heikki Savolainen y Einari Teräsvirta, empataron por la segunda y tercera plaza. Los jueces se pusieron a discutir una manera de desempatarlos, pero los dos gimnastas lo hablaron entre ellos y decidieron que Savolainen se merecía la plata. Así que fueron, se lo dijeron a los jueces, y éstos aceptaron el veredicto sin más.

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Gimnasia masculina - Barras paralelas
Atenas 1896
El alemán Alfred Flatow, ganador de tres pruebas y segundo en otra en estos Juegos, fue deportado por ser judío en 1942 al campo de concentración nazi de Theresienstadt, donde murió antes de acabar el año. Su primo Gustav Felix murió de inanición en el mismo campo en enero de 1945. En 1987, tras casi medio siglo de batalla legal con los residentes de la zona, la calle de Berlín que lleva al Estadio Olímpico se rebautizó en honor de ambos como Alfred und Gustav Felix Flatow Allee.

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Gimnasia masculina - Anillas
Atenas 1896
Si recordáis a Jorge I de Grecia, el de 'repetidme la esgrima, porfa', su segundo hijo, como él llamado Jorge, tuvo también su influencia en estos Juegos. Cuando en esta prueba tres jueces votaron como ganador al alemán Hermann Weingärtner y los otros tres al griego Ioannis Mitropoulos, el voto de desempate lo dio él, inclinándose sin empacho por su compatriota, que se convirtió así en el primer campeón olímpico griego de la era moderna, en medio del entusiamo del estadio.

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Gimnasia masculina - Caballo con arcos
Atlanta 1996
Esta es de las que lleva un rato. El chino Li Donghua se lesionó gravemente entrenando a los 17 años, y le tuvieron que quitar el bazo y un riñón. Dos años después se partió los dos tendones de Aquiles al caer mal de un salto y tuvo que estar varias semanas en silla de ruedas. A pesar de todo, perseveró con la gimnasia y en 1987 ganó el Campeonato de China en caballo con arcos.

En 1988 su vida dio un cambio inesperado: una turista suiza, Esperanza Friedli, estaba perdida en Pekín y le paró por la calle para preguntarle el camino. Se enamoraron, se casaron en diciembre de ese año y se mudaron a Lucerna (Suiza) en marzo de 1989. Allí se cambió el nombre de orden (los chinos dan primero el apellido y luego el nombre de pila) y pasó a llamarse Donghua Li, para poder empezar los trámites de nacionalización. Como éstos en Suiza requieren cinco años de residencia, Li no pudo participar en Barcelona 1992 ni con su país de origen ni con el de su esposa.

En 1994 consiguió su pasaporte suizo y al año siguiente, a la avanzada edad de 27 años, participó la primera competición internacional de su vida, los Mundiales de 1995. Cuando llegaron los Juegos de Atlanta en 1996 y consiguió el oro para Suiza, tenía 29 años y era cinco años mayor que el siguiente finalista de más edad.

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