viernes, 16 de enero de 2009

De gorra y de cajón

En la columna anterior hablaba del gusto de comprar un periódico a pesar de poder leer las noticias gratis por internet, y alguien en Menéame comentó al leerlo que ‘qué desperdicio de dinero’. Esto, para empezar, no me sorprendió y, para continuar, me trajo a la memoria un artículo de hace un mes en El País sobre la piratería. No la de Somalia, sino la que hacemos todos en casa. El artículo es del director general de la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual, y habla de cómo frenar la ‘piratería on line’, como la llama él. En un solo día el artículo generó 352 respuestas (gran ventaja de la edición electrónica de los periódicos, por cierto, al César lo que es del César), seguramente escritas entre descarga y descarga, y en ellas se ve que la inmensa mayoría está por defender, con todo el morro y sin ningún desdoro, que qué freno ni qué niño muerto y que nos dejen robar tranquilos.

Dentro de las respuestas hay temas, subtemas, razones, contrarrazones, y todo lo que nos podemos imaginar en gente de variopinto pelaje pero que al menos entra en la página de un periódico serio. Y entre ellos me quedé en la mollera con uno que decía, más o menos: ‘Precisamente estuve hablando con un amigo el otro día de este tema, y él dijo que él nunca compra nada y que se lo baja todo. Que vaya tontería pagar por algo que puedes conseguir gratis. Que cae de cajón’.

No sé si ese amigo será el mismo que todos tenemos para mandarlo al médico a preguntar por remedios para la impotencia, o a Hacienda para que le digan si olvidarse de incluir tal o cual recibo en la declaración es desfalco, o a Mari Juani para que le informe de cómo podría uno ligar con Mari Loli, que a mí me parece maja namás, a ver si mentiendes, pero que a mi amigo se le cae la baba, pero en este caso la naturaleza del amigo es secundaria. A mí lo que me dejó, en dos palabras, im presionado, fue lo del cajón.

Cajón (coma) ‘ser de (guión) algo’, según la RAE, es una loc. verb. coloq. que significa ‘ser evidente, obvio, estar fuera de toda discusión’. Y claro, en ese cajón caben muchas cosas, no sólo lo de piratear cosas por la patilla que sabe cualquier españolito. También cabe que un empresario tenga a la gente a contratejos de seis meses en vez de hacer al personal fijo. Vaya tontería pagar más por algo que puedes tener por menos. Ese era el principio dominante, ¿no? Luego entonces, cae de cajón también. O que las ministras de vivienda quieran meter a la gente en minipisos, con eso de la crisis, con lo cual hay más sitio para más pisos y más gente y más dinero. Es exactamente el mismo tipo de mentalidad cainita, y debido a ella, tenemos el país que nos merecemos, démonos cuenta de ello o no.

Una de las cosas en que me fijo mucho cuando alguien se pone a hablar o escribir en plan ‘vaya país éste, estas cosas sólo pasan aquí’ es para ver si eso que se menciona como típicamente nacional ocurre en otras partes de la pelota rodante también. Y uno se encuentra con que, prácticamente siempre, sea cual sea el defecto de que se trate, se le puede aplicar el PUEP, o Principio Universal de la Ebullición de las Papilionáceas, o séase, que en todas partes cuecen habas. Bueno, pues en este caso concreto el principio no se aplica: esto del pirateo libre no pasa en todas partes. No sólo pasa en esta España mía, esta España nuestra, por supuesto, pero aquí pasa un montón. El propio artículo antes mencionado dice que ‘en algunos medios de prensa, extranjeros y nacionales, se otorga a España - cuna de música, literatura y cine con respeto universal- una marca vergonzosa: ‘España, capital pirata’. La propiedad intelectual es vulnerada a diario con total impunidad sin que las pérdidas económicas causadas a los sectores que dependen de ella, (la música, los videojuegos y el cine principalmente), provoquen una reacción contundente en nuestro gobierno’. En esas naciones que a menudo insultamos y a menudo admiramos como La Frans, los Yueséi o la Pérfida, esto está prohibido, bloqueado, perseguido o al menos tratado y mirado de alguna manera que no dé risa, y no es por creerse unos estirados aguafiestas protectores de una gente que está montada en el dólar, sino porque es un trabajo del que vive mucha gente, no sólo actores y cantantes ricos, y se protege, o esos puestos de trabajo se van a la porra. Y entonces, cuando el dependiente del videoclub que se baja todas las pelis al llegar a casa vea cerrar la tienda, pues a volver a trabajar de seis en seis meses. Si es que llega a tanto. A ver qué tal. ¿Pero aquí? Amos, anda. Aquí la higuera y la nocturnidad están metidas en el adeene y en el deneí.

Y no sólo eso, sino además con el agravante el defender la gorra con el cajón, como hacía el amigo del antedicho. Porque no se trata de que se pirateen cosas con un cierto sentimiento de culpa, sabiendo, aunque sea en el fondo, que está mal, o buscando excusas como que sólo se baja uno cosas que no se encuentran a la venta. Qué va. Se va y se monta una manifa por el derecho. Luego no se monta ninguna por el derecho a robar leche o comida de bebé. ¿Para qué? Habiendo circo gratis, ¿para qué queremos pan?

Luego se extraña la gente de que en un país con estudiantes y curritos de esa mentalidad haya los empresarios y ministros que hay. ¿De dónde creerán que salen? De debajo de la misma piedra, que nadie lo dude. Que ya sólo falta ir a un bar y no querer pagar la caña, con la excusa de que como sólo te bebes la cerveza y no te llevas el vaso, pues eso, de gorra y con un par de cajones.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez, escalando entre aeropuerto y aeropuerto (no recuerdo a dónde íbamos, tampoco importa) tuvimos que pasarnos tres horejas en el aeropuerto de Munich.
El santo y yo nos quedamos un poco pillaos por el orden, la musiquilla de bach y la impresión dominante de que más que una engorrosa escala estaba siendo un retiro espiritual, pero lo que nos dejó tontos fue el bar: resulta que había unas máquinas expendedoras de sangüichitos, galletillas, café y teses de lo más pijos (frutas, verde, rojo, blanco, canela, roibos y la virgen) y una mesilla en medio como la del starsucks. Con sus asúcares blanco y moreno, su leche vaporizada y su cacao y canela.
Eso, que ya es inquietante de por sí, porque todo estaba limpio y funcionante, no es la novedad. La novedad es que era gratis.
La peña se ponía su café tranquilamente, se echaba su azúcar y se lo tomaba. Después, tiraban el vasito a la papelera.
No lo dejaban en el asiento. No pillaban toda la sacarina que había. No se cogían 200 servilletas pal bolso. No se llevaban todas las galletas pa luego. No se empalmaban con la gratuidad.
Si ese paraíso de la escala internacional estuviera en barajas, la peña de vallecas y atocha (y la peña de serrano, ojo) quedarían a tomar el café allí. Porque es gratis.
Sospecho que somos el único país en el que al IKEA no le compensa prestar lapicillos. No conozco a nadie que no tenga chorromil en casa. Y que al mismo tiempo no se sienta superastuto por haberse ahorrado los lápices de aquí a la eternidad.
Al español (y al tano y al porteño, ahora que lo pienso) le encanta lo gratuíto. Pero no cualquier gratuíto (al fin y al cabo, nos jode pagar impuestos). Parece que nos guste el concepto de gratuíto sólo cuando lleva pegado el morbillo de estar siendo más listo que el hambre. Rollito ande yo caliente sumado a un extraño sentimiento antisistema de pufo y pésimamente entendido.
Así nos va.
De todas formas, lo de la piratería tiene tela.
Que la vaya cortando el siguiente, que a mí me reclaman para algo infinitamente más aburrido: el curro.
Biquiños y gracias por hacernos caso.
Jack

Rogorn dijo...

Según iba leyendo lo que decías, pensé exactamente en el ejemplo de los lápices de Ikea. Y ciertamente, tengo un puñado de ellos en España, pero no en Inglaterra, jaja.

Lo de gratis + demostrar que el Buscón no es nadie al lao de uno está muy bien visto.

Katha dijo...

¿Entono el mea culpa o no lo entono?

En lo referente a "gratis". En la frutería el perejil, si haces allí siempre la compra, es gratis. (Perdonad la comparación, pero cada uno a su día a día y del curro prefiero olvidarlo nada más salir por la puerta) Como iba intentando decir, la gente se lleva un manojo como para poner un jarrón. Yo pido "un poco", para que se me mustie en el bote que se lo lleve otra persona.(Truquillo: meter el perejil en un bote de cristal cerrado dentro de la nevera para que dure más. Es lo que tiene marujear, que te cuentan cosillas en la cola de la frutería ;-) ). Que me disperso...
Lo ciero es que de lo que se mama se aprende, y en mi casa siempre fueron muy comedidos para esas cosas.

En cuanto a las canciones: confieso haber pedido a alguien que me bajara alguna canción que me gustara o haber hecho alguna fotocopia de parte de libros en la Uni.
¿Cuál es la excusa de los españolitos?: Pagamos por ello. La SGAE, y sus cánones, hacen que nos sintamos con derecho para todo. Pagas canon por un CD, por si acaso pirateas, aunque realmente lo vayas a utilizar para grabar las fotos del peque, de los amigos, del perro... Pues si pago, vaya a piratear o no, entonces: pirateo.
Eso por una parte, y por la otra tenemos a los Alejandro Sanz, montados en el dolar, hablando contra la piratería y los demás pagando la hipoteca, el alquiler... Lo ves y dices "anda y que te den". Con perdón.
Con esas dos excusas nos vemos con derecho para todo. El problema, como tú bien dices, es que no lo pagan los de arriba, sino los pobres diablos de abajo que son los que pierden su trabajo.

Saludos

PD: Los lápices de IKEA no los trabajo.

Anónimo dijo...

Katha: con agua o sin agua, el tarro de cristal??
Yo, desesperada por el asunto del perejil, acabo congelándolo.
Pero no es lo mismo....
J.

Katha dijo...

Para J.
Sin agua. Metes el perejil, tal cual te lo dan, en un tarro de cristal, lo cierras y a la nevera. Así dura unas 2 semanas.
Antes lo dejaba con agua en el bote, fuera de la nevera, y me duraba dos telediarios.

CHAO

Celadus dijo...

Llevas razón en todo lo que expones, Rogorn. Eso de "pa que voy a pagar lo que puedo obtener gratis" y la coletilla "es de cajón" es absolutamente impresentable.
Dicho lo cual, como dice Jack, el tema de la piratería tiene mucho que cortar y supongo que cada cual cortará el lado que le convenga. A mi es que todo esto no me parece ninguna novedad, sinceramente. Toda la vida de Dios, cuando uno no tenía para comprar un disco (o no quería gastarse el dinero en eso) se lo pedía aun colega y lo grababa en casette. Supongo que todos los que hemos conocido el vinilo tenemos o hemos tenido montones de cintas con nuestros discos favoritos. O uno grababa de la radio las canciones que le molaban y se hacía su propio recopilatorio. Lo único que ha cambiado en este caso es la escala, el acceso que la era digital a dado a muchos más usuarios a la música o a los libros del que tenían antes. Pero eso, como ya se ha dicho por aquí, lo tratan de subsanar mediante el jodío canon, que para mi que es anticonstitucional porque te cobra de antemano por si cometes un delito. Es como si al comprar un coche te cobraran un canon por las infracciones de tráfico que vas a cometer sin que te pillen.
En cualquier caso, es evidente que el que algo se haya hecho "siempre" no significa que esté bien hecho. Pero tampoco se si el tema es como para tratarnos a todos como criminales.

Anónimo dijo...

Jeje, Celad(i)us ...Es la paradoja de la presunción. Uno es presuntamente inocente si le pillan con las manos en la masa dándole de martillazos en el cráneo a su señora pero presuntamente culpable de piratería en cuanto compra un triste deuvedé pa grabar unos datos.
Que ya, que no es tan simple. Pero tampoco la Sra. Sgae es tan víctima (ni tan buena para los artistas) como se pinta.
Como se pinta a sí misma, se entiende.
Yo tengo todos los vinilos pasados primero a cinta y luego a cd. Porejemplo. Y obviando un poco el tema de la música, del que controlo menos, me asalta una duda: de verdad alguien cree que el (de nuevo presunto) ocaso del cine español es porque la gente se baja las pelis?
Me suena a falta de autocrítica (o de capacidad de evolución), un poco.
Un poco.

Biquiños.
Y gracias, Katha, por el truco.

Rogorn dijo...

¿Vamos a acabar hablando de comida aquí también?

Sobre el tema del canon, no sé si en alguna parte queda dicho legalmente que la razón de su existencia es para poner un parche al menos a las pérdidas que sufren los poseedores de derechos intelectuales, pero en ese caso lo que habría que hacer sería decir no al canon. No al canon y a la piratería, claro. Pero la segunda parte siempre se olvida.

Muchos usan el ejemplo de Celadus para justificar las copias: que antes la gente se los dejaba unos a otros. De acuerdo, pero no llegaba ni de lejos a la cantidad de cosas que se baja alguien hoy en día, y además siempre había cosas que no podías conseguir vía gorroneo de amigos. El impacto era tan pequeño que no merecía la pena perseguirlo.

En cuanto a si contribuye a la crisis del cine español, desde luego ayudar no ayuda. La mayoría de películas españolas son de las que quedan entre las últimas opciones cuando la peña queda para ir al cine (normalmente). Si añades descargas gratuitas, eliminas la posibilidad de que al menos las alquilen de videoclubes, que siempre produce algo, o las vendan en dvd. Y si además la gente se puede bajar cientos de horas de series y material de estreno, pues la competencia será demasiado grande.

¿Que la mayoría ni regaladas así son vistas por mucha gente? Pues sí. Pero si una producción americana está pasando de recaudar 100 a recaudar 80 se nota menos que si una española pasa de 10 a 8.

Katha dijo...

Buenas,

A ver, que no se nos enfade el anfitrión por mi pequeña anécdota del perejil. Sólo era un ejemplo equivalente a sus lápices de Ikea, o los azucarillos austriacos.

No sé si queda escrito o no el tema del canon, pero a mí el canon me parece una sinvergüencería con todas las letras. ¿He de pagar un canon por salvar las fotos del verano, del perro, de la panda de amigos? ¿Por guardar mis documentos personales?

En cuanto al cine... seamos sinceros las producciones son cada vez peores. Me da igual si norteamericanas o españolas, cuesta ver una película medianamente interesante. Llevo años sin ir al cine. Antes íbamos, no asiduamente, pero íbamos. Pero una tarde-noche de cine nos sale por un pico que te mueres:
* canguro
* dos entradas (a un precio que supongo 7 euros y pico)
* desplazamiento (como la gente no va al cine todos los cines de barrio han desaparecido. Puestos de trabajo a la porra)
Sí es cierto, la gente se baja las películas de la web... Pero, ay te digo qeu algunas no interesan ni por esas. Casi me decantaría por los clásicos, como al de El Golpe que comentabas hace poco, a los rollos macabeos que estrenan últimamente. ¿Tal vez soy muy crítica, muy exigente?

En cuanto al cine español... seamos sinceros: la mayor parte de las películas son un rollo de tomo y lomo. Sólo han quedado dos españolas en mi memoris:
* Nadie se acordará de nosotras cuando hayamos muerto (siempre la recomiendo. La vi en la tele. Victoria Abril y Pilar Bardem magníficas)
* Incautos (Prefiero mil veces la anterior, pero esta también está bien. Y por si preguntais la vi en el cine, cuando iba)

La tan afamada "La Comunidad" no me dijo demasiado y de las de Almodivar sólo me quedo con "Hable con ella", fabulosos Javier Cámara y el actor que hacía de argentino.

Bueno, vale, me enrollo.

Os dejo, el deber me reclama

Juan dijo...

Yo pirateo cantidad de juegos, música y películas, lo reconozco. ¿Hay alguién más en la sala?

Sé que actúo mal y nunca he defendido mi acción, simplemente porque no tengo excusa alguna. Te puedes escudar en mil y una historias para justificar lo injustificable, por eso no voy a hacerlo. Robar, salvo en una circunstancia de vida o muerte, es inmoral. No hay más vuelta de hoja. A pesar de ello, lo hago y me preocupa que no note el más mínimo pudor ni me sienta culpable para nada.

La SGAE también roba con el canon, o cobrando por obras anónimas de las que no tienen ningún derecho, o intentando cobrar por la música procesional de la Semana Santa de Sevilla, aún en contra de los autores de esas composiciones. Por muy legal que sea, también es inmoral, así que no admito que me venga a dar lecciones sobre piratería, cuando ellos también lo hacen. Lo mismo que Alejandro Sanz o Bisbal, en sus cruzadas contra la piratería, cuando reconocen que ellos también pirateaban cuando no eran cantantes de éxito: cuando yo no tengo canciones grabadas, a piratear que es estupendo. Ahora cambian mis intereses y modifico mi actitud.

Con respecto a Canón No, Piratería No. Es verdad que los piratas sólo se acuerdan de la primera de la frase, pero la SGAE y los artistas sólo se acuerdan de la segunda.

Un abrazo Rogorn. Magnífica entrada.

Lenka dijo...

Vaya por delante que no tengo ni un sólo lápiz de Ikea. No voy a la Feria de Muestras porque no soporto chocarme con filas y filas de personas (casi siempre ancianos) que son capaces de aguantar tres horas de cola (y sin que se les inmuten las prótesis) para conseguir gratis una gorra de Cajastur o un puñao de caramelos medio derretidos. Me da vergüenza pillar cosas en las degustaciones del super y hasta pinchos de la barra del bar. Me siento como si robara, soy así de payasa.

En Amsterdam me quedé muerta con lo de las bicis gratis que ponía el ayuntamiento y que la peña agarraba, usaba y volvía a dejar pulcramente estacionadas para el siguiente usuario. Pensé: "en dos días en España no quedaba ni un manillar". Ahora mi ayuntamiento ha copiado la idea. Las bicis van encadenadas a un chisme y tienes que pasarle la tarjeta ciudadana pa que te deje pescar una. Y cobran. Poco, pero cobran, hay tarifa bici. Y hay recargo si no la devuelves a tiempo. Como se puede apreciar, la cosa es muy distinta. Que nos conocemos.

Pirateo, es cierto. Me bajo capítulos de series porque no siempre las he podido seguir (sobre todo cuando curraba de noche) y no tengo pasta para comprármelas originales. Me bajo música, aunque poquita. Desde que tengo internet, creo que he bajado canciones como para rellenar seis discos. Algunas pelis, también, aunque muchas se ven tan mal que acabo recurriendo al videoclub. Voy al cine menos de lo que me gustaría (algunas veces he pasado más de un año sin ir) por falta de pasta. En mi ordenador debo tener menos de cincuenta películas, así que creo que soy moderada. Ladrona, pero moderada, jejeje.

No me da ninguna pena de la SGAE, aunque sí de los que no vemos y cuyos curros peligran. Pero que una asociación de piratas (ellos sí, y con patente de corso además) tengan la desfachatez de, en nombre del arte, cobrarles el canon a los tíos que cantan en el concierto de la oficialidá de la llingua (y ojo, cantan SUS propias canciones!!! Y también temas "populares", muchos sin autor conocido) o cobrarles dicho canon a la asociación de festejos de un barrio de mi ciudad por hacer obras de teatro de Casona, de Moliere o de Lorca para recaudar fondos para su fiesta, es un atraco a mano armada y una vergüenza.

En nombre del arte y la cultura, esos mafiosos están acabando con la mayoría de las fiestas de mi tierra, que, oh, casualidad, son las que más promueven el arte y la cultura popular. Pensaba dejar a una de estas asociaciones alguna de mis obritas de teatro, pero mucho me temo que incluso con mi permiso explícito, estos chorizos pretendan cobrarles el canon (que no creo que me embolsen a mí, por cierto) Así que sí, en efecto, somos lo peor, ladrones y jetas, pero concretamente con la SGAE no me da pena ninguna, porque roban más, mejor y con amparo legal.

Jack dijo...

Eso que dice Juan de no sentirse culpable en absoluto es muy significativo. Ya, ya sé que en algún punto de la historia la gente no se sintió culpable por un montón de atrocidades, pero salvando las distancias y con todos los matices que se quiera, es cierto que uno tiende a pensar que el delito contra la Sgae es una especie de resarcimiento inocuo. O al menos inocuo para todo el que no sea la Sgae. Lo cual nos explica bastantes cosas sobre la imagen que la propia Sgae se ha ganado a pulso, y quizá indicaría por dónde deben ir los tiros si se quiere que la cosa cambie. No sé, quizá un cambio de actitud real y un afloje por su parte hiciera que todos nos sintiéramos un poco más comprometidos con el tema de la piratería.
Pero a día de hoy, y conociendo cómo gestiona la Sgae la cosa artística, el victimismo les perjudica más de lo que les ayuda.
Yo estoy como Juan. Lo que no me compro lo pirateo sin culpa alguna. Está mal, sí. Sin peros. Conste que los discos que escucho son los que tengo, lo que me gusta de las novedades me lo compro, al cine voy por prescripción facultativa y nunca he fotocopiado un libro. Mi pecado está en los frikeríos documentales, las series yankis y las pelis bizarras en vos.
El caso es que convertimos a los artistas en el daño colateral, y eso no deja de ser una putada.
Pero comprendo el sentimiento de impunidad reinante, y creo que el principio de la solución sería que la Sgae lo comprendiera también.

Juan dijo...

Absolutamente de acuerdo Jack. Está claro que la SGAE tiene que cambiar. Pero nosotros también. Alejandro Sanz o Bisbal no me apenan, pero los miles de curritos que viven de ello sí que me preocupan.

Lo que apunta Rogorn, Lenka o Jack con respecto a como se comportan en otros países con el tema de la piratería o el ejemplo del aeropuerto de Munich o las bicis de Holanda, también lo he visto yo en otros países, como abrir la tapa, coger un periódico y dejar un euro. Aquí en España es impensable.

Se me ocurren algunas preguntas al respecto:

1. ¿Qué es lo que falla en España para que suceda esto?. ¿Cómo se podría cambiar?.

2. ¿Porqué motivo no tengo remordimiento de conciencia con el pirateo, pero siempre que me han cobrado de menos en una tienda o bar, lo he dicho y he pagado la cantidad justa?. Y no es sólo por la SGAE, porque antes de que la SGAE se pusiera chula, yo ya pirateaba sin culpabilidad alguna

Un abrazo a todos.

Jack, a ver si pones algo en que no estemos de acuerdo. Añoro nuestras discusiones, jejejejeje.

Katha dijo...

Se me había olvidado esa otra vertiente de la SGAE que comentáis: el canon por el cual se han ido a la porra muchas fiestas populares.

Como el caso que me contaron de un pueblecito, no recuerdo si de Asturias o Cantabria, que organizaba un bailecillo los fines de semana. Iban allí con sus instrumentos y tocaban canciones para amenizar a la gente. Llegó la SGAE con su mega canon y adiós fiesta.
O el de un niño, creo recordar que con algún grado de discapacidad, pero no podría asegurarlo, que hacía un pequeño espectáculo de magia. Llegó el canon y el multón para el pobre pequeño, que se quedó sin magia y sin nada.

¿Tiene la SGAE derecho a entrar a una celebración privada a comprobar qué tipo de música se está tocando?

Lenka, ¿pueden cobrar un canon incluso contando con autorización del autor?

¿Lo que hace la SGE es realmente legal? Parece tener impunidad para todo.

CHAO

Rogorn dijo...

Gracias a todos por las respuestas.

Primero de todo, sí yo también soy Brian, y mi mujer también lo es. Me bajo un montón de cosas en España, pero en Inglaterra no, porque funciona como los controles de alcoholemia: cada cierto tiempo hacen una redada de IPs y al que pesquen en la red, a pagar o peor dependiendo de su grado de involucración. O involucramiento. O como se diga.

Sin embargo, el punto principal que yo quería señalar en la columna no es lo de la gorra, sino lo del cajón. Lo de que en vez de estar calladitos cruzando los dedos para ver si el grifo sigue abierto lo más posible sin que nadie se dé cuenta, la peña se tome como un derecho inalienable lo de la descarga por el morro, amparado en el derecho de copia y otras mandangas. En lugar de pensar que cuando se prohíba de veras mucha gente dirá oooh, como en el 'Un, dos, tres' pero verá que es justo y necesario, hay un montón de personal que se lo toma como un ataque a las libertades. Y lo peor es que ni siquiera razonándolo y haciéndoles ver que esa mentalidad será la misma que los lleve a tener trabajos de mierda toda la vida habrá forma de que den el brazo a torcer.

En Inglaterra en muchos quioscos, sobre todo de estaciones tienen un bidón donde pagar el periódico si tienes el cambio justo y la cola es larga. Supongo que luego van comprobando si sale una diferencia razonable al final del día, porque por otra parte, si alguien se va de la cola para no perder el tren, no te va a comprar nada tampoco.

Juan: no te remuerde porque lo haces desde tu casa, así que no es lo mismo que meterte un disco en el bolsillo en el Corte, y porque tu parte es absolutamente mínima, una descarga entre cientos de millones (sin exagerar) al año.

Lenka dijo...

Exacto, Katha, yo soy asturiana y los casos que mencioné pasan aquí constantemente, en fiestas de pueblo, en fiestas de barrio, organizadas por las asociaciones de vecinos. Y es una vergüenza, la verdad. No tengo idea de si pueden plantarles el canon con permiso del autor, ya te digo que yo ando tentada de dejarles obras mías a los vecinos de un barrio cercano, pero teniendo en cuenta que han pedido el canon en algunos conciertos a los propios autores de los teman que sonaban en directo... pues vete tú a saber si mi idea serviría de algo!! Lo mismo cobran a esta gente igual!! Y seguro que si lo hacen no me dan a mí la pasta, por muy autora que sea!! (Si al menos me la dieran a mí, pues mira, yo luego la devolvía a la comisión de festejos y santas pascuas, pero como que lo dudo)

Es verdad, Juan, qué gracia. Si a mí me dan vuelta de más en cualquier tienda, lo devuelvo ipso facto. Es curioso, pero parece que todos somos bastante honrados, pero con la SGAE no nos cortamos un pelo.

Sobre lo que preguntas de por qué somos así (ejemplo de los periódicos, bicis y cafés)... esa es la madre del cordero. No sabría decirte, pero creo que tenemos tan asumido que somos así, que dudo que pudiéramos cambiarlo.