sábado, 10 de enero de 2009

Pagar por leer

Desde que empezó a usar sus pulgares oponibles y a andar derecho, como mandan las madres, la capacidad inventiva del hombre (ups, perdón, ‘del ser humano’) ha puesto sobre esta pelota rodante en que vivimos cosas increíbles: cajas de metal con ruedas que te llevan de un sitio a otro, (la rueda la hubo que inventar también, claro), pájaros dentro de los que volar más cómodo que un ídem (Barajas mediante), trozos de plástico para que lo que dice tu boca lo recoja el oído que tú quieras en cualquier parte del mundo (saldo mediante), cuadrángulos mágicos donde ver lo que pasa y lo que se imagina (tdt mediante), fábricas donde producir y procesar todo el año lo que nuestro cuerpo necesita y lo que no necesita pero se le antoja (crisis mediante)... Sería difícil decidir cuál es el mayor invento de a historia (y al final ganaría la cama, seguro, que se lleva al menos mis douze points), pero uno que siempre me ha asombrado y deleitado es el periódico.

Hoy, como cada sábado en Inglaterra o domingo en España me he dado un garbeo y me he pillado mi copia del Times o de El País, pagando la libra cincuenta o los dos euros diez. Y esto a pesar de que hace un frío del carajo (o de los bollocks) y sé que voy a pasarme el resto del día en casa con un acceso a internet que me permitiría leer gratis todas y cada una de sus noticias y secciones, más lo que me haya perdido de otros días. El Times está incluso digitalizando sus fondos desde nada menos que 1785, cuando Napoleón era teniente (no es una metáfora gratuita: era teniente ese año, a los 16), así que puedes leerte Trafalgar en directo si te da el punto, o las reseñas originales de Dickens, Conan Doyle o Agatha Christie. Podría ahorrarme unas buenas pelas a lo largo del año y además contribuiría a que con mi renuncia a comprar ese montón de hojas impresas cuya fabricación contamina, el periódico como tal desapareciera y reducir así el efecto invernadero ese (a pesar de que hoy, repito, más parece ‘efecto invierno’ que otra cosa).

Pero no me da la gana. Para mí, comprar un periódico es la culminación de un extraordinario proceso por el cual una serie de tíos (y tías) se enteran de lo que pasa en tu ciudad, país y mundo, empiezan a darle a la tecla, a menudo bastante por extenso, lo mandan donde sea que lo manden, lo imprimen donde sea que lo impriman, y a la mañana siguiente, meras horas después de que pase, tras haber estado tú de cogorza o acabándote el maratón de ‘El señor de los anillos’ versión extrasuperextendidamáslargaqueelpropiolibro, te bajas al quiosco y ahí está, fresco cual lechuga. Y el día que no tienes tiempo, también está, tristón porque lo ignoras. Y el día que tienes que envolver pescado, ahí está. Y el día que se agota, compras otro a regañadientes, para ver qué dice la competencia. Porque claro, además lo que pasa es que esto no lo hace un grupo de locos, sino varios grupos de locos diferentes, cada uno con su tema. Algunos sólo hablan de fútbol y todo. Lo cual mola más todavía. Y no sólo eso, sino que al día siguiente todo el esfuerzo no vale para nada y hay que empezar de nuevo. Quien escribe ‘Guerra y paz’ o ‘El hobbit’ o ‘El capitán Alatriste’ sabe que su esfuerzo durará y que se seguirá leyendo dentro de generaciones. Pero quien te cuenta un escape de gas en Cuenca o si Ronaldo tuvo un esguince de rubia no llegará a mañana. ¿Alguien alguna vez lee un periódico del 8 de marzo de 1997 y dice ‘vaya peazo periódico les ha quedado hoy, me lo guardo’? Y sin embargo, hay veces que así es. El Daily Telegraph una vez tuvo una campaña que decía ‘Lea un best seller cada día’. Y en ocasiones son verdaderamente más interesantes que cualquier novela.

De forma que todo esto a mí me parece un currele digno de quedar recompensado con lo que en comparación es una limosna. Que así le llegue a esa gente algo de agradecimiento en la forma en que es más útil: una ayuda para la hipoteca, o para unas cañas, y que no venga todo de parte de anunciantes que un día pueden comprometer la independencia del reportero. Aunque eso es otra historia. Porque que quede claro que no soy un iluso soñador embelesado con el romanticismo del guardián de la verdad y pilar de las libertades. Lo que loo (y por eso lóolo) es el asombroso y hasta eficiente mecanismo de que es capaz el homb… ser humano cuando se pone a ello. Que a veces parecemos útiles para algo y todo. Y bueno, ahora que se pueden escribir periódicos enteros en chancletas, con sólo un teclado, un feed de EFE y la Wikipedia, igual la hazaña es menos (igual, digo), pero antes debía ser la hache, mandando las crónicas desde Transvaal de la Selva por teléfono de esos de dos piezas, o por telégrafo mientras no lo corten los nativos. Si no, pues por barco dos meses después. ¿¿Cómo que perdimos Filipinas hace tres años?? ¡Eso es el siglo pasado!

Una vez hace pocos años, cuando se hablaba de si la tecnología acabaría con los libros, alguien dijo: ‘Si el libro se hubiera inventado después que el ordenador, estaría considerado lo mejor que el hombre ha hecho este siglo’. No necesita baterías ni electricidad, no te pierde información, es barato (a veces), es portátil, fácilmente almacenable, es cómodo de leer y daña mucho menos la vista. Pues igual con el periódico. El gusto de comprarte tu copia (por cierto, odio que me lo doblen al dármelo, que es una manía que tienen aquí), abrirlo, tocarlo, mancharte las manos con la puñetera tinta, molestar al de al lado en el tren, es algo que llevo haciendo desde bastante pequeño y lo seguiré haciendo mientras no me quiten la posibilidad. Además, hace poco que el Times abandonó el formato sábana para banco de Hyde Park (excepto los domingos), y estoy encantado con él. De hecho, un día de estos igual me doy uno de esos caprichos bobos que uno tiene y me suscribo. Que me llegue a la puerta todos los días, como si yo fuera alguien. No lo hago porque hay días que no tengo tiempo para leerlo y porque estoy mucho fuera, pero igual algún día digo qué leche. O mejor aún, con una pinta de leche. Ya sólo me faltaría el batín, la pipa y el carnet del Reform Club.

Más comentarios:
http://meneame.net/story/pagar-por-leer

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Anda, un artículo de opinión! Qué curioso. Se mocurre que igual podríamos juntar a todos los blogueros que escriban algo asín como articulillos y hacer una versión cibernética y doméstica del readers digest. Busquemos (ya mismo) un nombre en lengua muet-ta.....!
Juas.
Bromas aparte, te quedó lindo. Tienes madera de plumilla, pequeño. A ver si te dá por ahí más a menudo.


Dan ganas de hacerse un blogo, no te digo máis.
:)
Biquiños,
Jack

Celadus dijo...

Pues me ha gustado mucho, sí señor. No está uno acostumbrado a leerte (en los blogs) en este registro. Para mi que tenías ganas de hacerlo y no sabias como y te has buscado la excusa del peristilo ese para soltarte la melena, jeje.
Muy bien, jefe.
A mi de lo que me han dado ganas es de irme al kiosko a buscar un peroódico (es que blog ya tengo).

Anónimo dijo...

Opino como ellos. Me ha encantado, en serio. Escribe más, es una orden.

Am.

Juan dijo...

Te vas soltando el pelo, maestro.

Me ha gustado sí señor, lo que cuentas y como lo cuentas.

Cuando me jubile, lo primero que voy a hacer es suscribirme al País para tenerlo a las 8 de mañana en mi casa y poderlo disfrutar mientras desayuno, sin prisas. Página de periódico (tiene un olor y un tacto especial), café humeante, tostada bien hecha, magdalena, zumo de naranja y todo un día por comenzar. Ummm, me parece apasionante.

Enhorabuena.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lo mejor que has escrito nunca.
Enhorabuena y a ver si sigues por ése camino.

JR dijo...

me ha encantado el artículo Ro, con tu permiso ( más bien sin él) lo enlacé en un sitio.
Yo compró el periodico a menudo, a pesar de que tengo un repartido del ADN en la puerta de casa tol día. Eso de sentarte por ahí a leer el periodico aunque sean solo los titulares tiene su encanto.

Kaken dijo...

POR FINNNNN¡¡¡¡¡

Rogorn dijo...

O sea, que no os gusta lo que escribo de cine, tv, música y Alatriste. Buaaah. Me quieren limitar a escribir de cualquier otra cosa.

Jeje, supongo que es mi manera de daros las gracias a todos. Incluyendo a Jack. Capulla. So bola. Mujer inteligente.

Habrá más, supongo. Igual sólo tenía este artículo dentro. Ya veremos.

Eli dijo...

Ahí le has dao, Ro.
Yo no cambio el formato papel por todas las novedades del mundo. Y en ello incluyo los libros, a pesar de que por necesidades o carencias a veces no haya más remedio que tirar del internete.
Pero mientras pueda, disfruto más con el tacto del papel, el olor, la forma de pasar las páginas... y si a esto le añado mi maravilloso sofá-relax ya ni te cuento ;)

Lenka dijo...

Piensa lo que te dé la real gana sobre si nos gusta o no nos gusta lo que escribes en otras ocasiones (que lo dudes a estas alturas me ofendería si no hubieras perdido hace mucho la capacidad de ofenderme... OLEEEEEEE yooooo, juas) pero, en cualquier caso, esto es lo mejor que has escrito. Porque sí. Y yastá.

La imagen final, con la pinta de leche, el batín, la pipa y el Times, hijo mío, es im-pa-ga-ble. Y lo curioso es que serías tan tú, que da hasta miedito!!!

Por cierto, hay que ver la idea cojonuda que ha tenido aquí, mi prima. Sobre todo lo del título en lengua muerta. Qué tía! Cómo se le habrá ocurrido???
;)

Rogorn dijo...

No sabía yo que el castellano es una lengua muerta. Bondad graciosa, jeje. Por cierto, que la prima te cuente el título suyo para cuando quería ser columnista de pequeña, jueeeeera de programa. A ver si la tentamos, aunque sólo sea la paciencia.

Yo sólo te ofenderé cuando tú quieras, corazón de mi Matrix.

Anónimo dijo...

Es que mi intención original era ponerle o un latinajo, o algo en arameo. Rollo Mel Gibson.
Que tú hayas decidido poner finalmente la palabra más repelente española es cosa tuya, chato.
Ya sabes, yo sólo pongo la idea. Luego el mérito te lo llevas tú.
Juas.
Biquiños.

Lenka dijo...

Eli y yo votábamos por Exedra, pero a las féminas no nos hacen ni puto caso en este nuevo blog falócrata que se ha montao el jefecillo ;)

Prima, cuéntame eso de que querías ser columnista y tal. Cómo se iba a llamar tu columna? Confiesa. Y apúntate de paso, que total, como te sobra el tiempo... juasjuasjuasjuas.

Rogorn dijo...

Que se me sublevan las bases, juartz. Anda, quejavos. Como si la falocracia (y el arameo, para continuar con la urología) domeñara vuestras vidas. Ainss.

Rogorn dijo...

"En cinco años, con toda seguridad existirán periódicos escritos. Dentro de 10, si se hacen las cosas precisas, a lo mejor, probablemente sí. En 15, no estoy seguro de que sigan existiendo tal y como los conocemos. Existirán si luchamos para que existan".

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/PAIS/reinventa/elpepusoc/20090120elpepusoc_3/Tes