martes, 2 de junio de 2009

El capitán Alatriste (edición especial)

El capitán Alatriste (edición especial)
Arturo y Carlota Pérez-Reverte

"El caso es que una boda del jovencito hereje con nuestra infanta –que no era Venus pero tenía buen ver, según la pintó Don Diego Velázquez algo más tarde, joven y rubia, una señora, con aquel labio suyo tan de los Austrias– abriría pacíficamente a Inglaterra las puertas del comercio en las Indias Occidentales, resolviendo según los intereses británicos la patata caliente del Palatinado; que no pienso resumir aquí porque para eso están los libros de Historia."

Es bien conocido que uno de los principales objetivos de Arturo Pérez-Reverte con su saga de aventuras del capitán Alatriste es no sólo entretener y emocionar, sino enseñar y educar (o re-educar) al lector sobre esa etapa prodigiosa de la historia que en España llamamos el Siglo de Oro. Bien, pues si este objetivo más o menos oculto, e incluso empujoncitos más claros hacia los libros de Historia como el señalado en la cita de arriba no logran dirigir la atención del lector hacia el deseo de saber más, (ejemplos de intentos de lectores al respecto pueden verse por ejemplo aquí), esta nueva edición de la novela inaugural de la saga da casi todo el trabajo hecho.

Cien páginas de introducción histórica y literaria tremendamente informativa (la novela propiamente dicha no empieza hasta la página 113), y notas al pie en todas las hojas, algunas ocupando más de la mitad de la página, es el tipo de esfuerzo editorial que se reserva a, y que se asocia con, libros y personajes insignes de la historia de la literatura de la talla del Cid, la Celestina, don Juan o el Quijote. De hecho, Alberto Montaner, el autor de esta 'edición especial', como se la llama en la portada, dice que Alatriste puede pertenecer a este "club de élite" sin ningún desdoro, ya que es un "mito literario" de "vigencia intemporal".

Personalmente, opino que Alatriste está más cerca en la comparación de figuras como el Corsario Negro o los Tres Mosqueteros, libros que pueden leerse a cualquier edad, pero que disfrutados al principio de la vida lectora de uno harán que la mente se active y que se vean esas colecciones de hojas rodeadas de cubiertas como fuente de placer y descubrimiento, no de deberes odiados o aburrimiento impuesto. Pero también me parece que ediciones de este tipo nunca llegan demasiado pronto (de hecho, se comenzó a hablar de hacerla en 1999, cuando sólo iban tres libros publicados), y que es mejor que el público pueda disfrutar de ellas, y del mundo que abren ante los ojos, cuanto antes. Por no hablar del propio autor, que seguramente no corre el riesgo de morir ignorado y sin un maravedí, como alguno de los creadores de los insignes personajes antes citados, y que agradecerá poder ver este tipo de trabajos en esta vida y no desde la otra, si es que la hay.

Por si fuera poco, el volumen incluye una copia desplegable del (por él convertido en) famoso mapa de Madrid hecho por Pedro Texeira en 1656, y en el cual puede verse incluso el número de ventanas que tenían muchos de los edificios, cosa que se utiliza en las descripciones de la propia novela. Como ya hizo el propio Pérez-Reverte en 'Un día de cólera' con otro mapa de Madrid según era la ciudad en 1808, quien desee profundizar en su pasión por este tiempo (o hacer el friki, según se mire), puede perderse por las calles de esa Villa y Corte (que hace 400 años tenía el tamaño del actual de León, por ejemplo), tanto mental como realmente, ya que, aparte del mapa, Montaner indica dónde está en el Madrid actual cada punto exacto que se menciona en el libro, con cambios de edificios o de nombres de calles incluidos.

Así que si la pregunta esencial es: "¿merece la pena comprarse otra edición de Alatriste aparte de la primera, de la que traía una camiseta, de la escolar con prólogo para estudiantes y de la de bolsillo con el careto de Viggo Mortensen (o ilustración de Joan Mundet, a elegir)?", la respuesta es sí. Es más, si aún no se tiene o se conoce a alguien que no tenga este primer Alatriste, es la ocasión perfecta y la edición definitiva (hasta nueva orden). El libro tiene incluso las mismas dimensiones que las ediciones originales de cada volumen, así que puesto junto a los otros luce tan espléndido como un tercio a la espera de inspección por Ambrosio Spínola. A raíz de lo cual, decir a modo de crítica constructiva que hubiera sido la guinda perfecta haber incluido las ilustraciones del volumen original (que no están en éste) y el material escrito para la edición escolar, con lo cual habría quedado no ya una 'edición especial' sino 'completa', porque no deja de ser cierto que quien quiera tener todo lo escrito sobre esta novela, ahora mismo necesita tener tres volúmenes distintos como poco, y en la bolsa de la mucha gente no se deja ver el poderoso caballero tanto como se quisiera.

La pregunta es ahora: ¿habrá ediciones similares para el resto de los libros de la saga, con igual apoyo de aparato crítico? Pues lo veo difícil, pero para ello nada ayudaría más que hacer de este edición un éxito de ventas. Y eso ya depende de los bravos y bravas que lo compren.

1 comentario:

Remolina dijo...

A ver si me pongo con él. Es que el señor Pérez Galdós le pidió permiso a Pérez Reverte para colar su Trafalgar, así que Alatriste sigue en la cola. Pero creo que mañana ya le toca el turno.