lunes, 11 de agosto de 2008

Anécdotas olímpicas II

Ciclismo femenino - Prueba en ruta
Atenas 2004
La ganadora de la medalla de plata, la alemana Judith Arndt, sorprendió a todos al enseñar el dedo corazón en público al llegar. Se pensó que el gesto iba dirigido a la ganadora, la australiana Sara Carrigan, por haber ido chupando rueda en la escapada que llevó a ambas a la meta y luego ganarle el oro en el sprint. Pero ella dijo que no, que iba dirigido a la federación alemana, por no haber seleccionado como compañera de equipo suya a su pareja sentimental, Petra Rossner, ganadora de la prueba de persecución en Barcelona 92.

Ciclismo masculino - Prueba en ruta
Melbourne 1956
El ganador de la prueba, el italiano Ercole Baldini, estaba un tanto molesto porque durante la entrega de medallas no se hizo sonar su himno nacional. Ya iba a abandonar el podio, cuando un espectador comenzó a cantarlo espontáneamente, y pronto se le unieron todos los italianos presentes. Nadie supo quién había sido ese espectador hasta que en 1997, 41 años más tarde, un australiano de origen italiano, Gualberto Gennai, se identificó como tal llamando a una emisora de radio que tenía un programa para emigrados llamado 'Pronto Australia, qui Italia'. Ese mismo año, Gennai y Baldini se pudieron ver en Sydney, y tras unas emotivas fotos, Gennai se puso a cantar 'Fratelli d'Italia' otra vez.

Saltos de trampolín masculinos - Dúo sincronizado
Atenas 2004
Al llegar a la última ronda lideraban los chinos Peng Bo y Wang Kenan, que habían ganado todas las competiciones en que habían participado juntos. Sin embargo, el segundo perdió el control en su último salto, que se llevó un cero de los jueces y los mandó al último puesto. Justo después saltaban los campeones del mundo, los rusos Dmitri Sautin y Aleksandr Dobroskok, que también estropearon su último intento al golpearse el primero la cabeza contra el trampolín, y cayeron al séptimo puesto. Y justo después, la pareja estadounidense formada por Justin y Troy Dumais se encontró con una inesperada oportunidad para ganar el oro, que tampoco aprovecharon por un mal salto del segundo que los bajó al quinto puesto. Finalmente, fue la pareja griega Nikolaos Siranidis - Thomas Bimis, que sólo participaba porque el país anfitrión tiene garantizada una pareja en la prueba quien, llevada en volandas por su público, clavó un espectacular último salto con el que ganaron el oro por 2.40 puntos. La gran sorpresa que este resultado representó puede verse por el hecho de que una semana después Siranidis, que también tenía plaza reservada en el concurso individual, acabó 28º de 32 saltadores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantan tus anécdotas olímpicas. Gracias.